El nuevo gobierno sirio pone fin al arrendamiento ruso del puerto de Tartus: lo que sabemos
Las nuevas autoridades de Siria pusieron fin a un acuerdo con la empresa rusa que gestiona el puerto clave de Tartous, en la última señal de la menguante influencia de Rusia en el país tras la caída del régimen.
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Las nuevas autoridades de Siria rescindieron esta semana un contrato con una empresa rusa que había gestionado el puerto de Tartous durante más de cinco años, restringiendo aún más la presencia rusa en el país desde la caída del antiguo régimen de Assad el mes pasado.
El director del departamento de aduanas de la gobernación de Tartous, en el oeste de Siria, Riyad Judi, confirmó el lunes al periódico sirio Al-Watan que el acuerdo firmado con la compañía rusa para gestionar e invertir en el estratégico puerto mediterráneo fue cancelado.
Agregó que todos los ingresos del puerto se destinarán ahora “al beneficio del Estado sirio”.
Según Judi, el gobierno de transición tiene previsto reducir en un 60% las tasas aduaneras en el puerto. Señaló que la actividad comercial en el puerto es actualmente “excelente” con barcos sirios, árabes, internacionales y de tránsito que transportan diversos tipos de mercancías, entre ellas hierro, carbonatos y azúcar.
El acuerdo se firmó en 2019 entre el anterior gobierno de Asad y la empresa de ingeniería rusa Stroytransgaz para la gestión del puerto de Tartus durante un periodo de 49 años. El ministro de Transporte sirio, Ali Hammoud, dijo entonces que Stroytransgaz también invertiría más de 500 millones de dólares en el puerto. Según el contrato, la empresa rusa obtendría el 65% de los beneficios del puerto, mientras que el 35% restante iría al gobierno de Asad.
El puerto de Tartus es el segundo más grande de Siria después del de Latakia, con una capacidad de alrededor de cuatro millones de toneladas y unos 20.000 mil contenedores anuales, y alberga la única base naval de Rusia en el mar Mediterráneo. Construida por la Unión Soviética en 1971 y ampliada en 2017, la base naval de Tartus se convirtió en un punto estratégico para las operaciones de Rusia en el Mediterráneo.
Coincidiendo con la noticia de la cancelación del acuerdo se produjo la llegada el martes al puerto del carguero ruso Sparta II, según el servicio de seguimiento de Tráfico Marítimo.
Según informes de los medios de comunicación, las autoridades sirias permitieron que el barco ingresara al puerto después de haber esperado frente a la costa siria durante más de 14 días debido a las restricciones impuestas por las nuevas autoridades.
Se cree que el barco ruso transporta equipo militar.
Tras la rápida toma de poder de Siria por parte de los rebeldes y el derrocamiento del presidente Bashar al-Assad el 8 de diciembre, la presencia militar de Rusia en Siria quedó en entredicho. La otra base de Rusia en Siria es la base aérea de Khmeimim, que estableció en 2015 como parte de su intervención militar en el país en apoyo de las fuerzas de Assad contra los rebeldes. En los días posteriores a la caída de Assad, se vio a tropas y vehículos rusos evacuando en masa sus bases en Siria, y hubo informes de que Rusia estaba trasladando activos a otras partes de Oriente Medio, incluida Libia .
El 12 de diciembre, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Mijail Bogdanov, afirmó que su país estaba en contacto directo con las nuevas autoridades sirias para mantener sus bases militares en el país. Sin embargo, el nuevo gobierno sirio aún no ha anunciado una decisión al respecto.