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La inflación de Turquía cae al 33,5%, su mínimo en cuatro años: lo que hay que saber

El ministro de Hacienda y Finanzas, Mehmet Simsek, dijo el día X que la inflación anual había caído a su nivel más bajo en 44 meses.

People shop at a local street market in Istanbul, Turkey, May 3, 2023.
La gente compra en un mercado callejero local en Estambul, Turquía, el 3 de mayo de 2023. — Burak Kara/Getty Images

La inflación anual de precios al consumidor (IPC) de Turquía cayó al 33,52% en julio, un mínimo de cuatro años, según datos oficiales publicados el lunes.

El Instituto Estadístico de Turquía ( TurkStat ) informó que la inflación mensual se situó en el 2,06%, por debajo del 2,4% previsto en una encuesta de Reuters, que también proyectó una tasa anual del 34,05%.

En junio, la inflación mensual del IPC se situó en 1,37%, mientras que la inflación anual fue 35,05%.

El IPC de Turquía de julio, del 33,52%, es el más bajo desde noviembre de 2021, cuando la inflación anual se situó en el 21,31%.

"La inflación se encuentra en su nivel más bajo en 44 meses", declaró el ministro de Hacienda y Finanzas, Mehmet Simsek, en un comunicado en la plataforma X. Añadió que la desinflación se ajusta a los objetivos y que la inflación de fin de año se mantendrá dentro del rango establecido por el banco central. El banco central prevé una inflación cercana al 24 % para finales de 2025.

"La disminución de la inflación mejorará la previsibilidad, contribuyendo a una mayor mejora de las condiciones financieras internas y del clima de inversión", continuó.

TurkStat analizó la inflación en los tres sectores principales con mayor participación en el gasto de consumo. Anualmente, los precios aumentaron un 27,95 % en alimentos y bebidas no alcohólicas, un 26,57 % en transporte y un 62,01 % en vivienda. Sus incrementos mensuales fueron del 0,02 %, 0,45 % y 0,95 % respectivamente.

Por qué es importante: La inflación turca se disparó a un máximo histórico del 83% en octubre de 2022, en medio de una crisis económica que se prolongaba desde 2018.

El presidente Recep Tayyip Erdogan mantuvo durante mucho tiempo una política de bajos tipos de interés a pesar de la inflación galopante. La elevada deuda en moneda extranjera presionó aún más la economía, contribuyendo a la depreciación de la lira turca.

Sin embargo, tras su reelección en mayo de 2023, Erdogan nombró a un nuevo gobernador del banco central junto con el ministro de Finanzas, Simsek, quien favoreció el ajuste monetario, una política considerada ampliamente ortodoxa por los economistas convencionales. En los meses siguientes, el equipo financiero elevó los tipos de interés del 8,5 % al 43 % en un esfuerzo por controlar la inflación. Los tipos alcanzaron un máximo del 50 % en marzo de 2025, cuando la inflación comenzó a disminuir.

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